Tras veinte leguas compartieron pan
Tras otras treinta leguas establecieron campamento
Cincuenta leguas recorrieron
en el transcurso de un día
Al tercer día
tras una marcha de un mes y medio
llegaron hasta el monte Líbano
y en dirección al sol cavaron un pozo de agua
Gilgamesh trepó hasta la cima de la montaña
y derramó una ofrenda de harina:
«Oh montaña tráeme un sueño
para que pueda ver una buena señal»
Enkidu levantó para Gilgamesh
una habitación del dios del sueño
Colocó una puerta en la entrada
para resguardarla del viento
y dentro del círculo que dibujó lo hizo sentarse
mientras él permanecía como una red a la entrada
Gilgamesh apoyó su pera en las rodillas
y el sueño que cae sobre la gente se apoderó de él
A mitad de la noche alcanzó el final del sueño
y se levantó para decirle a su amigo:
«¿Me has llamado amigo?
¿Por qué me he despertado?
¿No me has tocado?
¿Por qué estoy sobresaltado?
¿No ha pasado un dios?
¿Por qué está mi carne entumecida?
He tenido mi primer sueño mi amigo
En mi sueño una montaña se derrumbó sobre un valle
Nosotros amábamos a quien había nacido en el páramo
Quien había nacido silvestre sabía dar consejos»
Enkidu le dijo:
«Tu sueño amigo mío es un buen presagio
La montaña que tú viste
Venceremos a Humbaba
y tiraremos su cadáver sobre el campo de batalla
Mañana veremos otra buena señal del dios sol»
Tras veinte leguas compartieron pan
Tras otras treinta leguas establecieron campamento
Cincuenta leguas recorrieron
en el transcurso de un día
Al tercer día
tras una marcha de un mes y medio
llegaron hasta una montaña
y en dirección al sol cavaron un pozo de agua
Gilgamesh trepó hasta la cima de la montaña
y derramó una ofrenda de harina:
«Oh montaña tráeme un sueño
para que pueda ver una buena señal»
Enkidu levantó para Gilgamesh
una habitación del dios del sueño
Colocó una puerta en la entrada
para resguardarla del viento
y dentro del círculo que dibujó lo hizo sentarse
mientras él permanecía como una red a la entrada
Gilgamesh apoyó su pera en las rodillas
y el sueño que cae sobre la gente se apoderó de él
A mitad de la noche alcanzó el final del sueño
y se levantó para decirle a su amigo:
«¿Me has llamado amigo?
¿Por qué me he despertado?
¿No me has tocado?
¿Por qué estoy sobresaltado?
¿No ha pasado un dios?
¿Por qué está mi carne entumecida?
He tenido mi segundo sueño mi amigo
Mi segundo sueño supera al primero
En mi sueño una montaña me tiraba
sosteniéndome por los pies
El brillo se volvía más intenso
Un hombre aparecía
Era el más agradable sobre la tierra
Me sacaba de abajo de la montaña
y me daba agua para beber
y mi corazón se calmaba»
Enkidu le dijo a Gilgamesh:
«Humbaba no es como la montaña
El es completamente diferente
Arroja tu miedo»
Tras veinte leguas compartieron pan
Tras otras treinta leguas establecieron campamento
Cincuenta leguas recorrieron
en el transcurso de un día
Al tercer día
tras una marcha de un mes y medio
llegaron hasta una montaña
y en dirección al sol cavaron un pozo de agua
Gilgamesh trepó hasta la cima de la montaña
y derramó una ofrenda de harina:
«Oh montaña tráeme un sueño
para que pueda ver una buena señal»
Enkidu levantó para Gilgamesh
una habitación del dios del sueño
Colocó una puerta en la entrada
para resguardarla del viento
y dentro del círculo que dibujó lo hizo sentarse
mientras él permanecía como una red a la entrada
Gilgamesh apoyó su pera en las rodillas
y el sueño que cae sobre la gente se apoderó de él
A mitad de la noche alcanzó el final del sueño
y se levantó para decirle a su amigo:
«¿Me has llamado amigo?
¿Por qué me he despertado?
¿No me has tocado?
¿Por qué estoy sobresaltado?
¿No ha pasado un dios?
¿Por qué está mi carne entumecida?
He tenido el tercer sueño
El sueño que tuve fue una completa confusión
El cielo gritaba mientras la tierra temblaba
El día se volvió silencioso y la oscuridad llegó
Hubo un rayo de luz que encendió el fuego
Las llamas aumentaron y la muerte comenzó a llover
y donde cayó el fuego sólo quedaron cenizas
Tú que has nacido silvestre
¿Puedes aconsejarme?»
Habiendo escuchado las palabras de su amigo
Enkidu le dio el significado del sueño diciéndole:
«Mi amigo Gilgamesh
tu sueño es un buen presagio
Nos acercamos cada vez más al bosque
y pronto será la batalla
Verás las siete auras radiantes de Humbaba
a quien en tus pensamientos tanto temes
Inmovilizando sus cuernos como a un toro lo vencerás
y le bajarás la cabeza con tu fuerza
El viejo que has visto es tu dios poderoso
el divino Lugalbanda»
Tras veinte leguas compartieron pan
Tras otras treinta leguas establecieron campamento
Cincuenta leguas recorrieron
en el transcurso de un día
Al tercer día
tras una marcha de un mes y medio
llegaron hasta una montaña
y en dirección al sol cavaron un pozo de agua
Gilgamesh trepó hasta la cima de la montaña
y derramó una ofrenda de harina:
«Oh montaña tráeme un sueño
para que pueda ver una buena señal»
Enkidu levantó para Gilgamesh
una habitación del dios del sueño
Colocó una puerta en la entrada
para resguardarla del viento
y dentro del círculo que dibujó lo hizo sentarse
mientras él permanecía como una red a la entrada
Gilgamesh apoyó su pera en las rodillas
y el sueño que cae sobre la gente se apoderó de él
A mitad de la noche alcanzó el final del sueño
y se levantó para decirle a su amigo:
«¿Me has llamado amigo?
¿Por qué me he despertado?
¿No me has tocado?
¿Por qué estoy sobresaltado?
¿No ha pasado un dios?
¿Por qué está mi carne entumecida?
He tenido el cuarto sueño
He tenido el cuarto y supera a mis otros tres sueños
Ví un rayo en el cielo
y como una nube se levantó una imagen sobre nosotros
Su rostro estaba desencajado
Su boca era fuego y su aliento era la muerte
Había también un hombre de extraña forma
El estaba parado allí en mi sueño
El juntó sus alas y me sostuvo del brazo»
Enkidu le dijo:
«Como una nube se levantó una imagen sobre nosotros
Su rostro estaba desencajado
Su boca era fuego y su aliento era la muerte
Sentirás miedo de su pavoroso esplendor
El hombre que viste era el poderoso dios Shamash
Tu sueño es un buen presagio
Venceremos a Humbaba
y mañana veremos otra buena señal del dios sol»
Al tercer día
tras una marcha de un mes y medio
llegaron hasta una montaña
y en dirección al sol cavaron un pozo de agua
Gilgamesh trepó hasta la cima de la montaña
y derramó una ofrenda de harina:
«Oh montaña tráeme un sueño
para que pueda ver una buena señal»
Enkidu levantó para Gilgamesh
una habitación del dios del sueño
Colocó una puerta en la entrada
para resguardarla del viento
y dentro del círculo que dibujó lo hizo sentarse
mientras él permanecía como una red a la entrada
Gilgamesh apoyó su pera en las rodillas
y el sueño que cae sobre la gente se apoderó de él
A mitad de la noche alcanzó el final del sueño
y se levantó para decirle a su amigo:
«¿Me has llamado amigo?
¿Por qué me he despertado?
¿No me has tocado?
¿Por qué estoy sobresaltado?
¿No ha pasado un dios?
¿Por qué está mi carne entumecida?
He tenido el quinto sueño
Qué terrible, confuso y desolado fue
Yo era sostenido por un toro salvaje
que se clavaba en la tierra con sus bufidos
Las nubes de polvo que levantaba aguijoneaban el cielo
y yo frente a él me inclinaba hacia adelante
y él me liberaba con su fuerza
El hombre me daba agua para beber de su odre»
Enkidu le dijo:
«El ogro contra el cual vamos no es el toro salvaje
El es completamente diferente
El toro salvaje que viste era el brillante dios Shamash
El nos tomará de las manos en momentos de peligro
El hombre que te daba agua para beber de su odre
era tu padre el dios divino Lugalbanda
¿Por qué dejas caer tus lágrimas?
Un sendero incierto no es temido
por dos personas que se ayudan la una a la otra»
Shamash oyó todo aquello que Enkidu dijo
y una voz descendió del cielo gritando:
«¡Apúrense
Enfréntense al ogro Humbaba
antes que entre en el bosque de cedros!
¡Antes que se oculte en su arboleda!
¡Antes que pueda envolverse
en sus siete armaduras
El viste sólo una
se ha sacado seis!»
Entonces Enkidu dijo a Gilgamesh
mientras se acercaban al bosque de cedros:
«Mis brazos se entumecen»
Gilgamesh abrió su boca para decirle a Enkidu:
«¿Por qué amigo mío hablamos como débiles?
¿Acaso no hemos cruzado ya
todas esas montañas que dejamos atrás?
Amigo mío experimentado en el combate
Deja que tu grito resuene como un tambor
Deja que el entumecimiento abandone tus brazos
Deja que el temblor abandone tus rodillas
Toma mi mano amigo y seguiremos juntos
Deja a tus pensamientos
concentrarse en el combate
Olvida la muerte y busca la vida
La persona cuidadosa va delante
en guardia y atento
para cuidarse a sí mismo y a su compañero
Así es como se hacen conocidos
para los días futuros»
Con el bosque de cedros a la vista
dejaron de conversar e hicieron una pausa
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