«¿Por qué amigo mÃo estaban reunidos
los grandes dioses en asamblea?
Qué sueño que he tenido esta noche hermano mÃo
Los dioses Anu, Enlil, Ea y el celestial Shamash
estaban reunidos en asamblea y Anu le dijo a Enlil:
'Porque han matado al Toro del Firmamento
y a Humbaba que cuidaba el bosque de cedros
uno de ellos dos debe morir'
Y Enlil le dijo:
'Dejemos morir a Enkidu pero no a Gilgamesh'
El celestial Shamash le replicó a Enlil:
'¿No fue bajo mis órdenes que mataron
a Humbaba y al Toro del Firmamento?
¿Y ahora el inocente Enkidu debe morir?'
Y Enlil se puso furioso contra el celestial Shamash:
'Has marchado a diario junto a ellos como un camarada'»
Enkidu se deja caer frente a Gilgamesh
Sus lágrimas fluyen como arroyos:
«Oh mi querido hermano
Nunca podrán ponerme en contra de mi hermano
Entre los muertos me sentaré
Cruzaré el umbral de los muertos
y nunca más posaré mis ojos en mi hermano»
Enkidu levantó su vista por la elevada puerta
y le habló como a una persona:
«Oh puerta del bosque que no tienes entendimiento
Comprendo que tú no comprendes
Por veinte leguas he buscado tu fina madera
hasta que en el bosque encontré un cedro prominente
Tu árbol no tenÃa rival en el bosque de cedros
De seis varas es tu altura
De dos varas es tu anchura
De un cúbito es tu espesor
Tu marco y pivotes son de una sola pieza
Yo te modelé
Yo te levanté
Yo te coloqué en Nippur
Si hubiera sabido puerta que asà me pagarÃas
Si hubiera sabido puerta que asà me premiarÃas
habrÃa levantado mi hacha y te hubiera cortado
Entonces te habrÃa llevado navegando hasta Ebabbara
Te habrÃa situado en el templo de Shamash a su entrada
Porque Shamash escuchó mis palabras
y en momentos de peligro me ha dado un arma
Fui yo puerta quien te modelé
Fui yo quien te he levantado
¿PodrÃa ahora destruirte?
¿PodrÃa ahora echarte abajo?
Puede que un rey venga tras de mà y te aborrezca
o que te sitúe donde no puedas ser vista
y que remueva mi nombre y escriba sobre ti el suyo»
Mientras Gilgamesh oÃa las palabras de su amigo Enkidu
de pronto sus lágrimas comenzaron a fluir
Gilgamesh abrió su boca diciéndole a Enkidu:
«¿Por qué teniendo entendimiento y razón
amigo mÃo profieres insultos?
¿Por qué tu corazón lanza insultos?
El sueño era especial
La ansiedad era mucha
Tus labios zumbaban como moscas
Las dudas son grandes
El sueño fue extraño
A quien sobrevive los dioses le dejan aflicción
El sueño deja tristeza para aquél que sobrevive
Suplicaré a los grandes dioses en ruego
Le imploraré a tu dios
Le rezaré en tu presencia a Anu padre de los dioses
Puede que que el gran consejero Enlil escuche mi ruego
Puede que mi petición encuentre el favor del dios Ea
Te modelaré una estatua de oro sin escatimar
Las palabras que Enlil pronunció no son dignas de dioses
Lo que él ordena no puede borrarlo»
Enkidu le dijo: «Amigo mÃo
Marcada está mi suerte
La gente va hacia su destino antes de tiempo»
Cuando el primer rayo de luz iluminó el amanecer
Enkidu alzó su mirada lamentándose frente a Shamash
Bajo los rayos del sol sus lágrimas corrieron
«Te pido a ti Shamash por mi vida tan preciosa
En cuanto al cazador
que no me dejó ser tan grande como mi amigo
no permitas que sea tan grande como su amigo
Destruye su gananacia y reduce su provecho
Que sus pertenencias sean reducidas en tu presencia
Que de la casa en que entre su dios se vaya por la ventana»
Luego de maldecir al cazador a voluntad
decidió maldecir a la prosituta Shamhat:
«Vamos, Shamhat
Estableceré en tu futuro un destino
para que soportes durante toda la eternidad
Te lanzaré una poderosa maldición
que te afligirá de ahora en adelante
Que no puedas formar un hogar para deleitarte
ni puedas amar nunca a un hijo propio
Que nunca puedas vivir en medio de una familia
Que el borracho manche tu vestido festivo con vómito
Que no consigas nunca ninguna cosa de belleza
ni ninguna vasija de alabastro
ni ninguna mesa para un banquete
Que la abundancia del pueblo
no entre jamás en tu casa
Que la cama en que te deleites
sea un banco miserable
Que los cruces de caminos
sean los lugares en donde te sientes
Que territorios en ruinas
sean los lugares en donde duermas
Que las sombras de las murallas
sean los lugares en donde te pares
Que la espina y el cardo depellejen tus pies
Que el borracho y el sobrio te denuncien
Que ningún obrero repare el techo de tu casa
Que el búho anide en tu dormitorio
y que en tu mesa nunca tenga lugar un banquete
porque tú me tornaste débil corrompiéndome
a mà que era puro en medio de la naturaleza
me debilitaste profanándome
a mà que era libre de toda mancha»
El dios Shamash escuchó lo que él dijo
y al instante desde el cielo descendió un grito:
«¿Por qué maldices Enkidu a la prostituta Shamhat?
Ella te alimentó con pan adecuado para un dios
Te sirvió la cerveza adecuada para un rey
Ella te cubrió con vestimenta espléndida
y te dio como compañero al elegante Gilgamesh
y ahora tu amigo y hermano Gilgamesh
te recostará en un magnÃfico lecho de honor
situándote a su izquierda
y los habitantes del inframundo te besarán los pies
El hará que el pueblo de Uruk se lamente luctuoso
Hará que el pueblo doliente exprese sus plañidos pot ti
y después de que hayas partido
arreglará su pelo en luto
y vestido con una piel de león
vagará por el desierto»
Enkidu escuchó las palabras del valiente Shamash
y su corazón furioso se calmó
Su corazón agitado se tranquilizó:
«Vamos, Shamhat
Arreglaré tu destino
Mi boca que te ha maldecido también te bendecirá
Los hombres a una legua de distancia
se humedecerán los labios anticipándote
Los hombre a dos leguas de distancia
comenzarán a sacudirse su cabello
Ningún soldado se demorará
en sacarse el cinturón por ti
Te ofrecerán obsidiana, oro y lapis lázuli
Te regalarán pendientes y joyas
Ishtar la más poderosa de las diosas
te conducirá hacia el hombre
de hogar establecido y riqueza
que por ti dejará a su esposa
aunque sea madre de siete»
La mente de Enkidu estaba perturbada
y le contó cuanto estaba en su mente a Gilgamesh:
«Amigo mÃo
Durante la noche he tenido tal sueño
Estaba Ishtar la más poderosa de las diosas
Los cielos tronaban y la tierra daba el eco
y allà estaba yo parado entre ellos
HabÃa un hombre de fea expresión
Su imagen atemorizaba como un pájaro de trueno
Sus manos eran garras de león
Sus uñas eran espolones de águila
El me atrapaba dominándome
Yo lo detenÃa
pero él me atrapaba otra vez como una cuerda
y como a una balsa en el agua me daba vuelta
Me aplastaba como un poderoso toro salvaje
cubriendo mi cuerpo con lava ponzoñosa
Yo te decÃa: 'Sálvame amigo mÃo'
pero tú le tenÃas miedo
El me atrapaba y me convertÃa en una paloma
Ataba mis brazos como las alas de un ave
para enviarme cautivo a la casa de la oscuridad
la morada de Irkalla
La casa en la que nadie que entra sale jamás
El sendero que no permite ningún retorno
La casa cuyos residentes son privados de luz
Donde la tierra es su sustento y la arcilla su comida
Donde son cubiertos como aves con abrigos de plumas
y no ven luz alguna sino que habitan en la oscuridad
En la casa del polvo en la que entré
miré alrededor y vi las coronas
Allà estaban las cabezas coronadas
que gobernaron la tierra desde los dÃas de antaño
que asaban la carne en las mesas de Anu y Enlil
que les proveÃan de pan cocido a los dioses
y les servÃan agua fresca de sus odres
En la casa del polvo en la que entré
estaban los sacerdotes y los grandes dioses
Allà estab Etana y estaba Shakkan
Estaba la reina del inframundo la diosa Ereshkigal
Sentado frente a ella Beletseri el escriba del inframundo
sosteniendo una tableta y leyéndole en voz alta
Ella levantaba su cabeza y al verme decÃa:
'¿Quién trajo a este hombre aqu�'
Yo que soporté todas las desgracias amigo mÃo
Recuérdame amigo mÃo
No olvides todo por lo que pasamos»
Gilgamesh entonces dijo:
«Mi amigo tuvo una visión que nunca será igualada»
El dÃa que Enkidu tuvo el sueño
su fuerza estaba exhausta
y permaneció enfermo un dÃa y otro dÃa
Enkidu yacÃa en su cama
y su enfermedad empeoraba
un tercer dÃa y un cuarto dÃa
su enfermedad empeoraba
un quinto dÃa, un sexto y un séptimo
un octavo, un noveno y un décimo dÃa
la enfermedad de Enkidu empeoraba
und decimoprimer dÃa y un decimosegundo
Enkidu yacÃa en su cama
y llamó a Gilgamesh para decirle:
«Mi dios se ha vuelto en mi contra amigo mÃo
No muero como alguien que cae en medio de la batalla
Le temÃa al combate amigo mÃo
pero uno que cae en combate es recordado
Yo no caigo en combate y no seré recordado»